Enfermedades respiratorias en mascotas


Resfriado
Nuestras mascotas están sujetas a enfriamientos y resfriados, a bronquitis y , ni más ni menos como el hombre. Un golpe de frío debido a corrientes de aire, a cambios repentinos de temperatura, a la humedad, a la lluvia, pueden como mínimo provocar un común resfriado. Se manifiesta con estornudos, flujo nasal, irritación de la mucosa nasal, por lo que el animal frota la nariz con todo. También puede haber dificultad en la respiración; en todo caso, el animal está decaído y no come. Habrá que visitar al veterinario porque también podría ser una alergia..


Gripe
La gripe del perro es diferente de la del hombre y no se transmite a éste. Se trata de una enfermedad infectiva causada por el virus de la influenza. Puede presentarse afectando las vías respiratorias altas o bien el tórax a nivel bronco pulmonar.

La rinotraqueitis felina es una enfermedad viral o clamidial, que produce ojos llorosos, escurrimiento nasal, repentinos ataques de estornudo, problemas respiratorios, fiebre y tos, que se traduce en algo parecido a un ronquido fuerte. A menudo la enfermedad puede traer visibilidad del tercer párpado y también conjuntivitis.
Bronquitis
 La bronquitis,es la inflamación de la mucosa que reviste los bronquios, es frecuente en el perro . La bronquitis se manifiesta con malestar, inapetencia, fiebre no muy alta. . La tos es seca e incluso llega a inducir el vómito.

Tales síntomas irán disminuyendo poco a poco hasta la curación a los diez días. La enfermedad puede hacerse crónica, y en este caso los síntomas serán menos intensos, pero persistirán durante mucho tiempo. Las animales mayores, asmáticos o con enfermedades cardiacas, presentan a menudo bronquitis crónicas, sobre todo en invierno. El animal atacado por bronquitis debe estar protegido del frío y de la humedad. El tratamiento a seguir, como siempre, deberá ser recetado por su veterinario.
El Moquillo canino
El moquillo es una enfermedad vírica muy peligrosa especialmente para los cachorros. Es una enfermedad producida por un virus que tiene una estructura muy similar al virus del sarampión humano.

Su capacidad de propagación es extraordinaria: La puerta de entrada del virus del moquillo canino, es la inhalación del virus (aire), de allí pasa a las amígdalas palatinas y a los ganglios bronquiales, siguiendo su recorrido hasta el torrente sanguíneo, este recorrido lo hace en aproximadamente 48 horas, distribuyéndose luego a todo el organismo. Además, posee una desarrollada capacidad de permanencia en el ambiente, lo que permite que sea una de las enfermedades víricas más contagiosas durante períodos de tiempo prolongados. Además, está muy extendida por todo el mundo.

El período medio de incubación de la enfermedad varía entre una y dos semanas, aunque se conoce la posibilidad de que tarde hasta veintiún días en manifestarse.

Síntomas de la enfermedad: Existen multitud de síntomas que delatan la presencia del virus en el animal: decaimiento, presencia de una secreción mucosa de color verde amarillento en los ojos y en la nariz, tos intermitente, vómitos, aumento de la temperatura corporal, diarrea…
De todas formas, uno de los primeros síntomas fáciles de detectar es el aumento de la temperatura corporal; a su vez, aparecen trastornos gastrointestinales y respiratorios conjuntamente, si bien pueden darse por separado.
Si el sistema inmunitario del animal reacciona convenientemente, a partir de este momento apenas se apreciarán más síntomas de enfermedad. Si no, a partir de ahí se darán el resto de síntomas

Tratamiento: No se conoce un tratamiento totalmente eficaz contra el moquillo. Además, no todos los ejemplares reaccionan igual ante una infección de este virus. Por ello, los tratamientos para erradicarla son muy diferentes.
Como con la mayoría de las enfermedades vírales, el tratamiento que se sigue es de apoyo para consolidar y fortalecer el sistema inmunológico y para prevenir la infección secundaria.
Por desgracia, por las razones arriba explicadas, el moquillo en la mayoría de los casos es mortal. Además, los animales que se recuperan pueden quedar con secuelas nerviosas y su recuperación es un proceso muy largo y costoso.

¿Cómo prevenirlo?: La protección más segura es la vacuna
Se aconseja comenzar a vacunar a partir de los 45 días de edad. con una vacuna especial, seguida de dos dosis de heptavalente y repetir la vacuna heptavalente anualmente.


En el centro veterinario Covivet, disponemos de todos los medios y herramientas para hacer un diagnostico rápido y eficaz de su mascota.